ENTREVISTAS REALIZADAS POR EL MUSICÓLOGO GUSTAVO MORAL ÁLVAREZ

martes, agosto 10, 2004

PIERRE HANTAÏ


“Bach es el padre de la música”, afirma el clavecinista francés Pierre Hantaï

El clavecinista francés Pierre Hantaï visitó nuevamente el Festival Internacional de Santander para ofrecer, en esta ocasión, dos conciertos. El primero de ellos se produjo el pasado sábado en la Bien Aparecida con obras de Byrd, Couperin, Froberger y Bach. El segundo un día después en el Palacio de Festivales junto a Jordi Savall y Rolf Lislevand en un interesante concierto integrado por obras de Marin Marais, François Couperin y Mr.de Sainte-Colombe y titulado ‘La viola del rey Sol: música en tiempos de Marin-Marais’.

Es uno de los intérpretes de clave con más proyección del momento, y desde su juventud ha recogido el testigo de los grandes maestros de este instrumento como Arthur Haas o Gustav Leonhardt, de los que fue alumno. “El programa de este concierto es uno de los mejores que se puede hacer”, nos dice cuando nos encontramos con él refiriéndose al recital del pasado lunes. “Está configurado con obras de grandes músicos y voy a tocar con grandes intérpretes”, continúa refiriéndose a sus colegas sobre el escenario. “Es muy fácil tocar con ellos y me gusta cuando nos encontramos en un escenario”.

Hantaï es miembro y solista de ‘La Petite Bande’ y colabora frecuentemente junto a directores como Philippe Herreweghe o Sigiswald Kuijken. “Cada vez hay más y más público para la música barroca”, nos confiesa el clavecinista francés. “Cuando empecé hace años no era un estilo muy apreciado por la audiencia, la crítica o los medios de comunicación. Había poco repertorio para ser tocado en instrumentos originales. Pero se ha ido convenciendo a todo el mundo de que esta es la forma correcta de hacer la música barroca”. Sobre el público que escucha habitualmente el repertorio al que él se dedica, reconoce que es diferente al de otro tipo de música. “Es una cuestión de educación si prefieres a Bach o a Bellini”.

La perspectiva de las interpretaciones historicistas del repertorio barroco tiene mucho que ver con el afán investigador de directores e intérpretes, aunque éste no es el caso de Hantaï. “Sé que hay mucha música por descubrir pero creo que las obras y los escritos más importantes ya son conocidos. Mucha gente ha hecho el trabajo de investigación y yo no estoy particularmente interesado en la musicología. No encontraré la verdad en los textos aunque pueden ayudar a ello”. Recuerda el tiempo en el que los músicos no se interesaban en absoluto por la forma en la que la música estaba escrita, limitándose a aplicar los conocimientos aprendidos en el conservatorio sin buscar más allá. “No había tradición, pero poco a poco fuimos trabajando en el pasado y al final comprendimos que no sabíamos nada. Tenemos que cuidar las condiciones de la música adecuándolas al periodo en el que fueron escritas”.

Quisimos preguntar a Pierre Hantaï sobre las interpretaciones de música escrita para clave y que se realizan en piano. “Me encanta el piano”, nos dijo. “Y el tema que me propones es complicado. Hace años cuando Beethoven o Mendelsshon empezaron a interpretar a Bach en un piano había pasado poco tiempo desde la muerte del compositor. Ahora la perspectiva es distinta y muchas cosas han cambiado. Utilizar el instrumento adecuado para cada obra es una buena forma de aprender sobre la música, es más: el instrumento te puede enseñar el camino a seguir. Antes los compositores y los intérpretes trabajaban codo a codo junto a los luthiers aprendiendo unos de otros. Desafortunadamente esto no sucede hoy en día”.

Hantaï llegó al clavecín por elección personal. “Teníamos en casa un piano y una espineta”, recuerda. “Yo tocaba en ambos instrumentos sobre todo obras de Bach. También escuchaba en la radio a Leonhardt y quise seguir ese camino. Pero emplear el piano también es correcto, me gusta. Es mejor tocar en este instrumento las piezas de Bach si dominas lo que sucede al interpretarlas en el clave”.

Dada la particularidad de su instrumento, cada vez que emprende una gira Pierre Hantaï investiga sobre el mejor instrumento que puede conseguir. “Es muy difícil encontrar uno bueno. Tengo suerte cuando vengo al norte de España, tengo un amigo con un clavicordio holandés magnífico y puedo contar con él”.

En sus conciertos por todo el mundo ha conocido grandes auditorios y escenarios insospechados. “La verdad se esconde en la acústica del lugar en el que tocas. Para hacer buena música necesitas un buen intérprete, un buen instrumento y una buena acústica. En el pasado existían mejores condiciones acústicas, no había micrófonos... Hoy en día hay salas de conciertos buenas y malas. Puedes tocar para cientos de personas y que no escuchen nada o para miles y que se oiga todo perfectamente. En España hay salas de concierto con una acústica fantástica, al mismo nivel que las mejores del mundo, como las de Alemania o Japón. En Francia, en cambio, sucede todo lo contrario”.

Su discografía está integrada por obras de Gilles Farnaby, John Bull, Girolamo Frescobaldi, Johann Sebastian Bach, Domenico Scarlatti y Wolfgang Amadeus Mozart. Algunos de estos registros han sido distinguidos con premios tan importantes como “Charles Cros” o el “Gramophone Award”. “No me gusta grabar ni tampoco las grabaciones pero estoy siempre pensando en ellas. Grabar música es la mejor manera de aproximase a la perfección si es lo que quieres. Yo siempre grabo en la misma iglesia de Ámsterdam, buscando el mejor instrumento para cada pieza. En un concierto nunca me acerco tanto a lo que quiero lograr con una obra determinada”. De hecho Hantaï ha realizado en un lapsus de diez años dos grabaciones de las Variaciones Goldberg de Bach. “La primera recorrió el mundo y tuvo mucho éxito. Di tantos conciertos con esa obra que después de diez años sentía que cada vez tocaba las Goldberg de una forma más diferente a como aparecían en la grabación. Por eso las volví a grabar. Ahora estoy trabajando sobre Scarlatti, quiero registrar todo cuanto sea posible de este autor. Hay mucha música suya que no se conoce muy bien, ni siquiera por mis colegas de profesión”.

Por último quisimos que nos hablara de Bach. “Es el padre de la música”, sentenció. “Y como alguien dijo una vez: Dios debe mucho a Bach”.