CLAUDIA DE SIATO
“Tan importante es la música como la escena”
nos dice Claudia De Siato, directora de gestualidad y movimiento en el ‘Rigoletto’ que cierra la VIII Temporada Lírica del Palacio de Festivales.
En la noche de mañana el telón de la sala Argenta volverá a levantarse para ofrecer la última representación del ‘Rigoletto’ verdiano que, además, supondrá el cierre de la VIII Temporada Lírica. En esta nueva producción se ha contado con un excepcional reparto y con un cuidado acercamiento escénico al drama universal escrito por Verdi sobre un libreto de Piave.
Junto a figuras de la talla de Carlos Álvarez, Marina Pardo o José Sempere, nos encontramos con una propuesta escénica dirigida por José Antonio Gutierrez y en la que se ha cuidado, de forma especial, el aspecto dramático y expresivo de esta ópera con una cuidad producción y un trabajo muy destacable. Y es precisamente en esta apartado en el que nos topamos con la tarea de Claudia De Siato, actriz formada en la Escuela de Mimodrama de Marcel Marceau –de quien es discípula directa-, en la Escuela Internacional de Mimo Corporal Dramático de Etienne Decroux o junto a Antonio Fava.
Para esta producción ella ha sido la encargada de gestualidad y movimiento así como del trabajo junto a David Rubiera y Aurelio Puente en una de las escenas más impactantes y comprometidas de este montaje. Ella misma es la protagonista sobre las tablas de la violación de la hija de Monterone que acontece en el primer acto de Rigoletto. “Hubiera sido muy sencillo escenificar una violación realista y caer en lo normal”, nos cuenta, “pero hemos intentado mostrar algo que fuera realmente dramático y que permaneciera ‘suspendido’ a lo largo de toda la escena”. Un trabajo difícil pero con el que ha contado con toda la implicación y apoyo de sus “compañeros” en esta escena. “Se han portado muy bien, son gente humilde y muy abierta, con ganas de aprender y que han ayudado todo lo posible pues entendieron desde un principio que éste era el mejor camino a seguir”. Entre risas recuerda algunos momentos de los ensayos previos al estreno, “Rubiera y Puente saltaban y se movían y de pronto tenían que detenerse ante un objetivo fotográfico imaginario; buscábamos ser conscientes de ser observados para que todo funcione en el escenario, pero cualquiera que nos viera frente al espejo pensaría que estábamos realmente locos”.
Nos encontramos con De Siato en una céntrica cafetería de Santander. Sus palabras discurren sosegadas contándonos los detalles de su trabajo y hablando también de experiencias pasadas y proyectos para el futuro. Pero para poder captar la totalidad de su mensaje sus palabras quedan vacías sin el movimiento de sus manos, el gesto de unos ojos bien abiertos todo el tiempo o, en ocasiones, todo su cuerpo acompañando cada una de las frases que nos transmite. “He querido llevar el gesto y el movimiento del ballet a lo teatral, una especia de baile teatralizado”, nos dice refiriéndose a la preparación realizada junto a las bailarinas que aparecen en este Rigoletto. Una iniciativa que enlaza directamente con la búsqueda artística de esta actriz nacida en Italia, -“vengo de las Italias”,como ella misma diría- pero afincada en nuestro país, y en esta tierra, desde hace mucho tiempo, interesada en “el gesto y la danza. Se trata de una forma de expresión que está muy cercana a la ópera, casi reflejada en ella: el canto, el baile, la gestualidad...”.
En su carrera nos encontramos su participación en todo tipo de montajes, desde ópera junto a Lindsay Kemp –‘The Fairy Queen’- hasta el cine con la participación en la premiada cinta de Miguel Hermoso ‘La luz prodigiosa’ junto a Alfredo Landa y Nino Manfredi, en musicales como la ‘Historia de un caballo’ que se estrenara precisamente en el Palacio de Festivales hace dos año y en un sinfín de obras de teatro en compañías como la de Marcel Marceau o The Mimox de J. Piris. “Estoy muy agradecida a esta ciudad, he podido trabajar en diferentes ámbitos y, aunque a veces he tenido que pelear un poco, fue aquí, por ejemplo, donde conocí a Lindsay Kemp gracias al Palacio de Festivales”.
“Llegué a Santander hace más de cinco años”, prosigue, “y aquí he trabajado junto a J. Piris en montajes como ‘Scarabimbombam’, ‘El Relojero’ o ‘El Príncipe Feliz’”, aunque tiene un especial recuerdo para ‘El sueño de una noche de verano’ producido en la Escuela de Arte Dramático de Madrid. “Allí se fusionaron disciplinas como la danza, el mimo, la Comedia del Arte, las acrobacias, el body painting...”.
Regresando al ‘Rigoletto’ que nos ocupa, De Siato nos comenta el carácter “distinto” de este montaje. “Se ha querido hacer algo que se saliera de lo clásico”, nos dice. “Los vestuarios tienen que ver con los utilizados en la película Dune, muy plásticos y ‘contemporáneos’, atrevidos para salirse de lo ya visto”. Pero su máximo interés para esta producción descansa en los elementos dramáticos. “No se trata únicamente de cantar bien, hay que saber actuar y Carlos Álvarez nos está dando estos días unas lecciones magistrales. Es capaz de tirarse al suelo si el papel lo exige y cantar sin ningún problema”. Para ella es precioso encontrar un punto intermedio entre lo musical y lo teatral, “que todo conviva. Tan importante es la música como la escena”, apunta De Siato. “No me extraña que, en ocasiones, la juventud se aburra con algunas propuestas operísticas”, añade. “Yo tengo que poner una vela al ‘fantasma’ de María Callas, pues ella fue la primera en cambiar el concepto de la ópera, en revolucionar la escena, permitiéndose sacrificar la perfección de alguna nota para dotar de dramatismo a su actuación. A ella le importaba la escena, el conjunto.”
El futuro profesional de esta joven actriz se encuentra lleno de interesantes proyectos. Una campaña de sensibilización para Televisión Española sobre el salvamento marítimo, una serie, también para televisión, en la que encarnará a una profesora un tanto “chiflada” que descubre a sus alumnos unos “dinosaurios en la Rioja”, un documental junto a Darío Fo sobre el gesto en el poder –analizando la gestualidad de personajes históricos-, la inauguración del Museo del Traje de Madrid –antiguo Museo Antropológico- y cursos en Santander, Sevilla o Granada en los que compartir su sabiduría y experiencia. Un futuro que abre sus perspectivas, incluso, a una experiencia teatral en Tokio, pero ya saben que de algunos proyectos en mejor no hablar demasiado en voz alta...
La tarde comienza a convertirse en noche y el té compartido con De Siato se ha quedado frío. Ella ahora se dirige al Palacio de Festivales para seguir trabajando, “nunca puedes pararte”, y en unas horas ‘Rigoletto’ volverá a ser escenificado para un público que, de una forma natural, entenderá mejor el desarrollo de algunas escenas gracias al trabajo de Claudia De Siato.
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