ENTREVISTAS REALIZADAS POR EL MUSICÓLOGO GUSTAVO MORAL ÁLVAREZ

miércoles, julio 07, 2004

RAINER SCHMIDT

“El objetivo de la música de cámara es entender lo que el compositor quiso expresar” nos dice Rainer Schmidt, profesor de esta disciplina en el Encuentro de Música y Academia.

Tal vez una de las materias de la música práctica más desconocidas para el público sea la de la enseñanza de la música de cámara. Clases en las que un profesor aconseja a un grupo de alumnos la forma en la que tienen que abordar un determinado repertorio. El responsable de esta disciplina vendría a asumir, para que me entiendan, el papel del directo de la orquesta al frente de los músicos para, después, desaparecer y dejar que sean ellos mismo los que decidan el “camino de su música”.

El Encuentro de Música y Academia cuenta, desde el pasado año, con la presencia del violinista alemán Rainer Schmidt como profesor de las clases magistrales de música de cámara. Integrante de agrupaciones prestigiosas como el Cuarteto Hagen o el Trío Ravinia, es también colaborador habitual de la Escuela Superior de Música Reina Sofía.

“Creo realmente que este Encuentro es un lugar fantástico”, nos dice al comenzar nuestra entrevista. “Puede ser el futuro de muchas cosas, tener profesores y alumnos juntos facilita un proceso de enseñanza muy intenso e interesante. Enseñar y al mismo tiempo poder tocar con tus alumnos es algo bueno. Además todo el mundo se siente feliz aquí y muy bien acogido, algo fundamente para un buen trabajo diario”.

De su labor nos dice sentirse “muy feliz” llevándolo a cabo. Una tarea en la que tiene que imbuirse muy “dentro de la música. No es mi responsabilidad fundamente la de ayudar a los alumnos con la aproximación individual a su instrumento”. Una dualidad, la de técnica y mensaje, que para Rainer Schmidt no están claramente marcada. “Hay que encontrar qué es lo que se quiere expresar y después buscar la técnica necesaria para hacerlo posible. Pero nunca la técnica por si sola será capaz de expresar lo que tu quieres contar”.

“Cuando eres intérprete tienes que pensar en el público puesto que estas comunicándoles algo”, nos explica Schmidt. “Pero sigo creyendo que la música es una relación entre compositor e intérprete; únicamente después piensas en la audiencia. Lo primero es entender qué es lo que ha querido comunicar el autor de la obra para poder enseñárselo al público”. Una comunicación que no siempre sucede de una forma ideal: “no se si la música de cámara es difícil; no es atractiva en sí misma sobre todo si la comparamos con el carisma que puede tener un solita o la potencia que despliega una gran orquesta. Pero frecuentemente la música de cámara es la mejor música.”

Tres han sido los cuartetos invitados a participar este año en la IV edición del Encuentro de Música y Academia, procedentes de Hungría, México y Gran Bretaña. “Es cierto que cuando tocas en un cuarteto estas casado con otras tres personas”, nos relata Schmidt. “Es una relación muy intensa por lo que es importante encontrar diferentes personalidades y una buena forma en la que trabajar con ellos. Tener respeto por las personas con las que tocas aunque pienses que están equivocada. No ser vanidoso y entender el sentido de la música, puesto que lo más importante, en el fondo, es el compositor”. Pero los problemas pueden surgir entre los miembros de un grupo. “Esto no pasa en los grupos invitados a participar en el Encuentro”, continúa el profesor alemán. “Son formaciones que ya llevan tiempo trabajando juntos, pero hay ocasiones en las que no hay amistad entre los músicos, no creen en tocar con los otros. Al final todo depende de tener una visión abierta y poder compartir lo aprendido”.

El profesor Schmidt prefiere dar sus clases sin participar como intérprete. “De esta forma mis oídos están más abiertos y puedo apreciar las dinámicas del grupo. Pero cuando enseño hay ocasiones en las que también tengo que tocar. La música es un lenguaje y en ocasiones es la única forma de explicar algo, en lugar de tratar de traducirlo al inglés, al alemán o al español”. Sus clases magistrales se desarrollan desde el pasado jueves hasta el próximo sábado. “No se trata de preparar en una semana a un grupo para que toque una pieza necesariamente mejor, aunque siempre espero que esto suceda. Lo que trato es de preguntarles diferentes cosas. Preguntas sobre la música y sobre ellos mismos. De esta forma la conexión con la propia música se intensifica y entonces obtienen resultados. El objetivo de estas clases es entender lo que el compositor quiso expresar”, nos cuenta. “Pero muchos casi todos los autores que interpretamos están muertos desde hace tiempo, por lo que no se lo podemos preguntar a ellos, pero si a la partitura”.

“Ayer sucedió algo muy interesante”, recuerda Rainer Schmidt. “Un grupo estaba tocando y entonces empecé a lanzarles diversas preguntas: sobre el ritmo, sobre los intervalos, la forma.... y sin decir nada de cómo tenían que interpretar la obra el sonido cambio y se transformaron en un grupo mejor, únicamente planteándose preguntas”.

El próximo miércoles Rainer Schmidt interpretará, junto a algunos de sus alumnos, el Sexteto para cuerdas en La Mayar Op. 48 de Dvorák en un concierto en la Sala Argenta del Palacio de Festivales. Ese será el momento en el que podrán conocer, de la forma más práctica posible, sus intenciones musicales.